El
verbo es la
parte de la oración o
categoría léxica que expresa acción o movimiento, existencia, consecución, condición o estado del sujeto; semánticamente expresa una
predicación completa. En la oración, el verbo conjugado funciona como el
núcleo sintáctico del predicado (si el verbo está en una forma conjugada ocupará en general la posición del núcleo del
sintagma de tiempo, y si no de un
sintagma verbal ordinario).
Los verbos, según su valencia o
gramática, pueden ser clasificados en intransitivos, transitivos, ditransitivos, etc. Son transitivos cuando el verbo requiere más de un argumento obligatorio. Los intransitivos tienen un sólo argumento obligatorio.
Accidentes gramaticales del verbo
En la inmensa mayoría de lenguas del mundo el verbo es la clase de palabra más compleja en el sentido de que puede reflejar muchas más
categorías gramaticales que otras palabras. Es frecuente que exprese una o varias
personas gramaticales (en lenguas como el español sólo marca la persona gramatical asociada al sujeto; en otras lenguas también puede marcar el objeto),
número gramatical,
tiempo-modo-aspecto y más raramente en algunas lenguas puede llevar
género gramatical,
evidenciales, direccionales, clasificadores de forma, intencionales, etc. En
gramática tradicional las categorías expresadas en el verbo se denominan "accidentes gramaticales".
En la mayoría de lenguas flexivas existen tres categorías gramaticales típicas del verbo.
- La categoría verbal de tiempo gramatical asume diferentes formas en diferentes lenguas, En muchas lenguas europeas existen tres posibles valores del tiempo: presente, pasado y futuro; en otras lenguas la diferencia es entre pasado y no-pasado (presente o futuro). Incluso existen lenguas como el chino que no tienen tiempo gramatical, y la noción semántica de tiempo se realiza mediante adverbios explícitos (hoy, ayer, …) o bien contextualmente.
- La categoría de modo puede incluir diversas variantes, tales como condicional, imperativo, indicativo, negativo, optativo, potencial, subjuntivo, etc.
- El aspecto gramatical se refiere a la noción semántica de acción acabada (perfecto), acción inacabada (imperfecto), acción continuada, etc.
En muchas lenguas indoeuropeas el tiempo, el aspecto y el modo gramatical frecuentemente se expresan fusionadamente mediante un único morfema que expresa simultáneamente los diversos valores de esas categorías. Por ejemplo en español, en la forma
amaste el morfema
-ste expresa simultáneamente el modo indicativo, el tiempo pasado y el aspecto perfecto (además de expresar segunda persona y singular).
Argumentos verbales[editar]
Los argumentos requeridos por el verbo incluyen el sujeto y los
complementos verbales. En diversas lenguas se denominan de manera diferente pero en términos generales un verbo transitivo requiere un
complemento directo (ocasionalmente
complemento de régimen); algunos ditransitivos requieren también
complemento indirecto. El llamado
"complemento" circunstancial no es obligatorio en ningún caso, por lo que sintácticamente es un
adjunto del sintagma verbal.
Semánticamente el complemento directo suele asumir un papel temático de
paciente o
tema, mientras que el complemento indirecto suele recibir un papel temático de
beneficiario o recipiente. En español y otras lenguas, algunos verbos requieren complementos obligatorios con papeles temáticos diferentes o expresan ese complemento mediante un
complemento de régimen.
Los complementos circunstanciales no son argumentos verbales ya que pueden omitirse, pero cuando están presentes completan el significado de la predicación expresando modo, lugar, tiempo, etc. Estos son adjuntos frecuentemente introducidos por adposiciones o son realizados por adverbios de modo, tiempo y lugar.
La diátesis gramatical tiene que ver con el número de argumentos requeridos por el verbo o valencia del verbo. Muchos verbos requieren sólo un argumento (intransitivos) cuyo papel temático frecuentemente es un
experimentador. Otros verbos que requieren entre sus argumentos un
agente frecuentemente son transitivos y requieren además un
paciente o
tema.
En español algunos de los verbos que requiren un agente como uno de sus argumentos pueden aparecer en diátesis transitivas o intranstivas:
- me comí el pollo (DT)
- estabas comiendo (DI)
Otros verbos transitivos del español son rígidamente intransitivos y no admiten esta duplicidad de diátesis:
- Juan devoró el pollo (DT)
- *Juan devoró (DI)
La segunda oración no es directamente interpretable sin inferencias pragmáticas adicionales, ya que devorar no admite aquí una diátesis intransitiva.
Las lenguas del mundo presentan procedimientos morfológicos que pueden alterar la valencia del verbo entre ellos:
- La pasivación consiste en la formación de un intransitivo a partir de un transitivo. Obsérvese que por ejemplo en español el "complenento" agente introducido por la preposición por en una oración pasiva es omitible, y por tanto es un adjunto sintáctico:Fue elegido presidente es gramatical al igual que Fue elegido presidente por la mayoría de la cámara. En las lenguas nominativo-acusativas este proceso de intransitivización se llama formación de voz pasiva, mientras que en las lenguas ergativo-absolutivas este proceso se llama formación de voz antipasiva.
Además de requerimientos de orden sintáctico, la aparición de un verbo en una frase puede estar ligada por
concordancia gramatical. Esto significa que en muchas lenguas se requiere que el verbo tenga una u otra forma en función de otros constituyentes sintácticos que le preceden o le siguen.
En español el verbo concuerda con el sujeto:
- El niño corrió mucho
- Los niños corrieron mucho
En cambio en otras lenguas como el
euskera hay concordancia con el "sujeto" y "objeto":
- ditut 'los tengo' / dut 'lo tengo'
- ditugu 'los tenemos' / dugu 'lo tenemos'
El verbo en las lenguas del mundo[editar]
En
gramática tradicional se concibe el verbo como la palabra principal del predicado en la oración. Como
designar y
predicar son funciones básicas de toda lengua humana, todas las lenguas poseen verbos. Típicamente muchas lenguas diferencian entre dos grandes clases de
categorías léxicas: en la primera estarían básicamente los
nombres y en la segunda los verbos, aunque en algunas pocas lenguas estas clases no son disjuntas. Los adjetivos en algunas lenguas son tratados de manera similar a los nombres y en otras de manera más similar a verbos estativos. La predicación verbal típicamente incluye un conjunto de categorías primarias como la
persona gramatical, el
tiempo gramatical, el
aspecto gramatical, y en muchas lenguas también categorías secundarias como
género y
número, aunque algunas de estas categorías pueden faltar en cada lengua concreta. Por ejemplo en las
lenguas indoeuropeas, a diferencia de lo que pasa en
lenguas semíticas, el verbo no incluye distinciones de género.
El verbo en español[editar]

Representación gráfica de los tiempos verbales del indicativo
En
español constituye la clase de palabra flexivamente más variable y está constituido por un
lexema, así como
morfemas de
número y
persona en su periferia, y de
modo, voz (
activa o
pasiva),
aspecto e
infijo de
vocal temática entre el lexema y aquellos. Admite morfemas derivativos (
afijos) de distintas significaciones.
Dependiendo del tipo de
lengua de que se trate, los verbos pueden variar de forma. Además, el verbo puede concordar en
género, persona y número con algunos de sus
argumentos o complementos (a los que normalmente se conoce como
sujeto,
objeto, etc.). En español concuerda con el
sujeto siempre en número y casi siempre en persona (la excepción es el caso del llamado sujeto inclusivo:
Los españoles somos así), y bastantes veces con el
atributo de los
verbos copulativos.
Las lenguas en las que los verbos son conjugados se denominan
flexivas y cada una determina un patrón específico de
conjugación, difiriendo notablemente de un sistema lingüístico a otro. En el caso de la lengua española, que es flexiva, la mayoría de los verbos se conjugan de forma regular según tres patrones únicos (conjugaciones) definidos según la
vocal temática (1.ª o en
-ar, 2.ª o en
-er; 3.ª o en
-ir):
- 1ª conjugación: saltar, caminar, amar, arrastrar, etc.
- 2ª conjugación: correr, comer, temer, suceder, querer, etc.
- 3ª conjugación: vivir, morir, sacudir, ir, existir, etc.
Las formas verbales además varían según su voz, según si son formas personales o no personales, según el tiempo-modo-aspecto, según número y persona (en español estas dos categorías están a sujetas a concordancia con el sujeto). Otros patrones de conjugación menos generales son denominados de verbos irregulares. Junto a este tipo de conjugación, existe además otro tipo de conjugación regular mediante estructuras analíticas llamadas
perífrasis verbales, que expresan modos y aspectos más precisos y concretos que no aparecen recogidos en la conjugación regular, que es más general. Como la
terminación es distinta para cada persona, el uso de
pronombres sujeto se considera a menudo redundante.
Francés e inglés[editar]
El verbo presenta rasgos razonablemente comunes en todas las
lenguas indoeuropeas: conjugación basada en la persona, el número y el
tiempo-modo-aspecto, pero no en el
género, la evidencialidad o la existencia de derivación que cambia la valencia de tipo
causativo, aplicativo, etc. Sin embargo, a pesar de estas características extendidas existen diferencias no desdeñables en los sistemas verbales de las lenguas indoeuropeas.
En otros
idiomas, como por ejemplo el
francés, los verbos tienen terminaciones distintas para cada persona, pero debido a su particular
ortografía, muchas de ellas son
homófonas, por lo que el pronombre sí se considera necesario. En
inglés se presenta una situación similar por lo que en general se requiere
sujeto explícito.
Chino y japonés[editar]
En
chino el verbo tiene siempre la misma forma y no tiene variación según persona, número, aspecto, tiempo o voz. Tanto el
aspecto (perfecto o imperfecto), el
tiempo (futuro) como la
voz (
pasiva) se expresan mediante partículas auxiliares sin afectar a la forma del verbo. La ausencia de marcas de persona o de concordancia en el verbo obligan a que en toda oración sin sujeto léxico deba aparecer un pronombre tónico para indicar la
persona.
Los verbos del
japonés, por otra parte, no se conjugan con la persona ni el número, por lo que expresiones como
nihongo no hon wo yondeimasu pueden interpretarse como "Estoy leyendo un libro de japonés", "Están leyendo un libro de japonés" o cualquier persona o número, dependiendo del contexto.
Además en chino, japonés y otras lenguas, los adjetivos son de hecho verbos estativos.
1
Lenguas africanas[editar]
Un número significativo de lenguas africanas de la
familia Níger-Congo fuera del
grupo bantú son altamente analíticas
[cita requerida] por lo que de manera similar a lo que sucede en chino, la conjugación de los verbos se realiza mediante partículas que pueden entenderse como
auxiliares. Esto sucede tanto en las
lenguas mandé como en el
yoruba.
Lenguas amerindias[editar]
Algunas lenguas amerindias como el
náhuatl (
familia utoazteca) o el
lummi o Xwlemi (
familia salish) no presentan diferencia formal entre nombres y verbos, pudiendo cualquier raíz que funciona como nombre conjungarse según la
persona gramatical. Esta situación es similar a la del chino donde los adjetivos son de hecho verbos estativos, sólo que en las lenguas amerindias también los nombres comunes pueden ser considerados verbos estativos.
Clases de verbos[editar]
Verbos transitivos e intransitivos[editar]
Desde el punto de vista sintáctico, un verbo con
diátesis transtitiva o verbo transitivo requiere dos participantes (un participante de tipo A(gentivo) y un participante de tipo O(bjeto)). Por el contrario, los verbos intransitivos requieren un único participante. En las
lenguas nominativo-acusativas el segundo participante requerido sintácticamente es un
complemento directo (CD), mientras que en las
lenguas ergativas sería un complemento ergativo. Una misma raíz verbal puede ser en algunas oraciones intransitiva y en otras oraciones transitiva. Los siguiente son ejemplos en español:
- Estoy comiendo (intransitivo)
- Estoy comiendo nueces (transitivo)
Los
verbos transitivos son aquellos que exigen la presencia de un objeto directo (también llamado "complemento directo") para tener un significado completo; esto es, que se refieren a acciones que
transitan desde el actor al objeto (véase
transitividad). Un ejemplo de esta categoría en español es:
- He conseguido dos entradas para la ópera.
Aquí, el grupo compuesto por "dos entradas para la ópera" representa el objeto directo. La construcción "He conseguido..." no tiene sentido por sí misma, y requiere que se aporte información sobre lo que se consigue. Por regla general, los verbos transitivos son de la forma "alguien hace algo a algo".
Los
verbos intransitivos no admiten o no van acompañados de CD, no requieren de la presencia de un objeto directo que determine al verbo. Un ejemplo en español es el verbo
delinquir, por ejemplo en la oración:
- Ese hombre delinque.
Se trata de un
verbo intransitivo, ya que no requiere especificar un objeto directo, por lo tanto, el concepto de
"delinquir algo" no tiene sentido en español. En general en español y otras lenguas los verbos no son en sí mismos transitivos o intransitivos, sino que se convierten en tales según su uso concreto, y así es posible usar verbos típicamente intransitivos como transitivos, por ejemplo en
La soprano canta una ópera, y también expresar verbos transitivos sin la presencia de un objeto directo, por ejemplo en
Déjaselo al técnico, que él seguro [
que]
entiende.
Son pocos los verbos intransitivos en el castellano al compararlo con idiomas con fuerte división entre verbos transitivos e intransitivos. En general, el castellano dispone de la forma autorreflexiva
se para denotar intransitividad, como por ejemplo "se rompió", "se caerá", etc.
Verbos regulares e irregulares[editar]
Los
verbos irregulares son aquellos que poseen conjugaciones particulares. Las irregularidades morfológicas de cualquier tipo son más comunes en los idiomas fusionales, menos en los aglutinantes y prácticamente no existen en los aislantes.
Los
verbos regulares son, por el contrario, aquellos que se atienen estrechamente a los paradigmas o modelos de
conjugación más usados en la lengua.
Verbos irregulares en español[editar]
En español las irregularidades se presentan diferenciadas en los llamados
tiempos verbales primitivos, que son el
presente del
modo indicativo ("Yo quepo"), el
pretérito perfecto simple del indicativo ("Yo cupe") y el
futuro simple del mismo modo ("Yo cabré"); es posible determinar si un ve